Se puede llegar a una canción o a un grupo musical de distintas maneras. De repente cuando al poner tu estación de radio favorita, alcanzas a escuchar el coro de un tema que te contagia de su fuerza y alegría. Tal vez, porque un amigo te comentó del último disco de un grupo que hasta ese momento para tí era desconocido. O por qué no, cuando te enganchas con la música de fondo que acompaña a una publicidad televisiva (recuerdo que así conocí a Kevin Johanssen).
El punto de esta reflexión es que no buscamos a la música sino que la música nos busca y llega a nosotros, precisa, azarosa, antojadisamente. Y se deposita en nuestra memoria, logrando que nuestros labios, imposibilitados de rebelarse a ella, la tarareen incesantemente. Y los motivos por los que esto pasa, a veces ni lo mejor de nuestra lucidez puede desentrañar, aunque es cierto que en muchas ocasiones esta afición o gusto por una canción en particular proviene de cuanta empatía tengas con su ritmo, con la voz de su intérprete o con su letra.
La canción que presento en este post tuvo un poco de todos esos elementos mencionados y quien sabe otros más, ininteligibles ahora para mí. Lo cierto es que cuando busqué de pura curiosidad la letra de esta canción, sentí esa identificación que innumerables veces hemos vivido y que nos evoca la manoseada frase "ésta es mi canción".
Sin embargo, esta canción no es mía ni de Phoenix......es de todo aquel que al escucharla - no importa el motivo por el que sea - se conmueve y percibe que después de "descubrirla", algo dentro suyo ha cambiado.
El punto de esta reflexión es que no buscamos a la música sino que la música nos busca y llega a nosotros, precisa, azarosa, antojadisamente. Y se deposita en nuestra memoria, logrando que nuestros labios, imposibilitados de rebelarse a ella, la tarareen incesantemente. Y los motivos por los que esto pasa, a veces ni lo mejor de nuestra lucidez puede desentrañar, aunque es cierto que en muchas ocasiones esta afición o gusto por una canción en particular proviene de cuanta empatía tengas con su ritmo, con la voz de su intérprete o con su letra.
La canción que presento en este post tuvo un poco de todos esos elementos mencionados y quien sabe otros más, ininteligibles ahora para mí. Lo cierto es que cuando busqué de pura curiosidad la letra de esta canción, sentí esa identificación que innumerables veces hemos vivido y que nos evoca la manoseada frase "ésta es mi canción".
Sin embargo, esta canción no es mía ni de Phoenix......es de todo aquel que al escucharla - no importa el motivo por el que sea - se conmueve y percibe que después de "descubrirla", algo dentro suyo ha cambiado.
1 comentario:
Lo has dicho tal cual uno siente cuando se identifica con una cancion. Como tantas las cosas en esta vida, la musica llega así y se queda para quedarse. Gracias por tan buen post.
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