Estreno un primer aporte gracias a la confianza de una buena amiga. Ella que tiene buena memoria entenderá que es impropio intentar escribir sobre algo que no nos motiva. Tal vez y solo tal vez, se trate de una reminiscencia desmemoriada o quizás es que imaginé algo que estaba guardado hace muchos años en otra memoria. Estoy parado frente a un espectáculo de oscuridad y luces. Una ciudad feroz. Un moustruo de concreto, fierros y óxido. el movimiento de un ser inanimado que coexiste o hace existir a la gente que la habita.
Esta canción que tiene como autor a Luis Alberto Spinetta y que fue interpretada, por primera vez, junto a "Invisible", banda que curiosamente no podría pasar jamás desapercibida, despertó en mi un sinnúmero de emociones viscerales mientras la escuchaba contemplando la quietud de las luces. Esta ciudad que encuentro constantemente fea pero que me enamora, año tras año, cuando decide mostrarme su frialdad y se propone mojarme la cara con su garúa. Hoy el mirador, cerca de casa, es testigo de ese efecto tan reparador.
Con los años comprendí que los tiempos son invariablemente gotas de ternura regaladas bajo canciones como esta. Momentos ufanos justificados por la grandeza de una interpretaciòn desgarradora como la que hace Gustavo Cerati. Si elegí esta versión para postear fue porque se trataba de dos artesanos de la melodía y la letra, conjugados por esas cosas que la vida no sabe explicar pero de seguro son extraordinarias. En efecto, Cerati creció escuchando al flaco y admirando la facilidad con la que podía contar historias que casi nadie entendía y que muchos juzgaban de pretensiosas. Luca Prodan no soportaba a Spinetta y presumo que menos a Cerati. En verdad el buen Luca no se soportaba a sí mísmo pero eso no merma en absoluto su grandeza como músico, así como no se puede discutir acerca de la composición de Luis Alberto y la interpretación, con adición propia en los instrumentos, de Gustavo.
Alguien comentó en una entrevista que el flaco Spinetta (nombre más conocido para aquellos que sólo lo ubican por una canción de los "Enanitos Verdes"), había nacido iluminado por una estrella y lo curioso es que alguien replicó: "...¡será con una constelación!...". Nada más cierto para un verdadero músico, tan vigente hoy como en 1973.
Por otro lado, Gustavo Cerati no sólo demuestra su respeto e inquietud por las composiciones de Luis Alberto Spinetta con "Los libros de la buena memoria", sino que se animó a reinterpretar, mediante un efecto creativo muy peculiar, una canción tan emblemática como "Bajan". Seguramente muchos deben conocer ese tema gracias a él pero no por ello se hace menos importante la presencia de su compositor e intérprete."Los libros de la buena memoria" tiene en su texto características muy modernistas y esta versión que les presento, con el inefable timbre de voz de Cerati, representa un buen ejemplo de que tener un estilo ecléctico al buscar un equilibrio en la mezcla del tango, el blues, el jazz y el rock, no es un mero experimento sino un trabajo lúcido del que sí sabe y alcanza picos de genialidad por su prosa y musicalidad.
Nosotros, mortales al fin, podemos agradecer que así como la garúa, que despertó mi casi olvidado amor por esta ciudad, también despierte a Gustavo y conserve a Luis Alberto para colmar la voracidad con la que algunos consumimos sus obras. La verdad es que las ciudades les agradecerán a ambos que aún podamos vivir entre sus calles feas y deslucidas, porque la memoria guarda y no aguarda. Sí, eso mismo, como la garúa mojando mi cara en el mirador mientras reposan las luces de la ciudad.
