A muchos nos ha sucedido eso de quedarnos bloqueados y en blanco cuando intentamos responder qué grupo o cantante nos gusta más, o si preferimos tal o cual estilo musical, entre otras interrogantes que juegan con nuestra rapidez decisoria. Y me imagino que esto se torna mucho más complicado en personas indecisas como yo. En mi caso, trato de dejar que toda la música ingrese a mis oídos sin ningún orden de prelación en particular, sin etiquetas, para no ser injusta con aquella canción que te acompañó mientras recorrías autopistas soleadas o aquella otra que sonaba en tu reproductor musical sonorizando tu paseo por inexorables parques, cuando imprevistamente empezó a llover.
Decidir qué canción de Leonard Cohen postear fue por tanto una tarea nada fácil, pues mi desmedida afición por su música podía llevarme a recomendar más de una canción, en realidad todas, porque a este señor hay que escucharlo desde el primer disco hasta el último. Sin embargo, dejé que el azar me diera la respuesta y mientras tonteaba en internet sonó la canción que ahora les dejo, perfecta en su composición sonora y en su letra, porque Cohen no solamente es un gran músico, sino además el ganador del premio Príncipe de Asturias 2011.
Y si bien esta canción no es de las más conocidas en su discografía, ese elemento le da su atractivo, sin dejar de lado que en su contenido aborda los propósitos inacabados, fallidos, autodestructivos.... y cómo buscamos aquello que nos aleja más de lo que queremos, probablemente como una suerte de acto de redención, o probablemente porque buscamos errar y hallar en el caos nuestra estabilidad. Ya lo dijo el mismo Cohen en la parte final de su canción, "oh please let me come into the storm".
Disfruten al maestro y si tienen oportunidad de ir a la gira que está ofreciendo por el lanzamiento de su último disco, Old Ideas (2012), no dejen de hacerlo. Yo espero poder.
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